Dicha batalla acaeció en la isla-atolón de Wake, situada en medio del océano Pacífico.
La pista aérea había sido establecida por Panagra (Pan-American Grace Airways), como una pista de emergencia para los vuelos transoceánicos, pero en la década del cuarenta se le dio carácter militar debido a su excelente posición táctica.
Todos los emplazamientos defensivos de la guarnición fueron dejados intactos por el ataque, que se concentró en los aviones.
Ese mismo día, y tras recibir informes del Alto Mando que decían infundadamente que las defensas de la isla estaban anuladas, el contraalmirante Sadamichi Kajioka ordenó el inicio de la invasión anfibia.
Pronto comenzó el cañoneo de ablandamiento previo al desembarco que duró unos 45 minutos.
Kajioka ante la enconada resistencia estadounidense tuvo que postergar el desembarco anfibio y dio la orden de retirada dirigiéndose a Kwajalein, solicitando refuerzos a la 1.ª Flota Aérea del vicealmirante Chūichi Nagumo, que venía de regreso desde Pearl Harbor.
Los japoneses capturaron a todos los supervivientes de la isla, la gran mayoría civiles.
Los prisioneros tanto civiles como militares fueron obligados a realizar trabajos forzados en el aeródromo de la isla.
Japón no aprovechó, ni construyó ni utilizó este emplazamiento durante el resto de la guerra, solo se limitó a aprovisionarlos por medio de submarinos y a mantener la posición.
Como dato anecdótico, este día coincidió con la retirada del general Douglas MacArthur desde Manila a Bataan.