Batalla de Mysunde

La opinión pública danesa esperaba que la próxima guerra con los aliados alemanes tuviera lugar en el Danevirke, colocando una fe casi mitológica en la inexpugnabilidad del sistema de fortificaciones.

Esto significaba que era uno de los pocos puntos donde el flanco oriental del Danevirke no era impenetrable debido a obstáculos naturales.

Sin embargo, los prusianos pronto descubrieron que el ejército danés no tenía ninguna intención de defender Kochendorf y había retrocedido hacia el norte.

[3]​ La densa niebla presente aquella mañana hizo extremadamente difícil el determinar los movimientos del enemigo, y consiguientemente sólo se dispararon unos pocos tiros de los cañones daneses en los bastiones contra las fuerzas prusianas que se acercaban a Mysunde.

Con varios oficiales heridos o muertos, el capitán Arntz ordenó a su batallón tomar posición en los bastiones.

Testimonios presenciales daneses de la batalla describen como tenían que tumbarse en el suelo sobre su vientre en la tierra congelada mientras intercambiaban fuego con los prusianos.

Sin embargo, la niebla hizo el identificar y apuntar a las posiciones enemigas algo imposible.

[1]​[3]​ Desde sus posiciones en las trincheras, la infantería prusiana estaba causando bajas significativas entre los artilleros daneses, particularmente en el expuesto bastión B.

La 3.ª brigada danesa había recibido órdenes para reforzar Mysunde cuando la artillería abrió fuego, pero se encontraba todavía demasiado lejos como para poder ayudar.

Para reducir el volumen de fuego sobre el bastión B, una compañía del 18.º Regimiento intentó hacer retroceder a los fusileros prusianos que se estaban protegiendo en las vallas que había en frente del bastión, pero el asalto fue rechazado por el devastador fuego procedente de las posiciones prusianas.

[6]​ Sin embargo, al encontrarse con la feroz resistencia de los daneses, los prusianos decidieron retirarse, al resultar claro que la única manera de tomar Mysunde sería mediante un ataque frontal en la posición y, aunque los prusianos probablemente tenían la superioridad numérica necesaria para vencer, el número de bajas habría sido alto - un resultado inaceptable para el alto mando prusiano en este conflicto tan políticamente sensible.

[5]​ El ejército prusiano había sido rechazado, pero el príncipe Carl Friedrich intentó convertir la derrota en algo positivo enfatizando la dificultad del terreno y alabando el gallardía de sus hombres.

A pesar de la derrota, se consideró que tanto la infantería como la artillería prusianas tuvieron un buen rendimiento durante la lucha.

Un bastión en Mysunde