Batalla de La Victoria (1812)
[2] La campaña estaba resultando un auténtico paseo militar, aunque las órdenes de Ceballos eran avanzar sólo hasta Carora.[3] Tres días después se ve favorecido por un terremoto que devasta la Primera República de Venezuela, alienando a la población contra los independentistas.[nota 1] El «Ejército Pacificador de Coro»[8] fue subestimado por sus contrincantes republicanos, quienes veían en las enemistades internas un obstáculo mayor a sus planes.Este «egército Coriano»[nota 3] fue creciendo a medida que marchaba desde Coro al centro del país, reclutando continuamente voluntarios por donde pasaba.[27] El historiador argentino Bartolomé Mitre afirma que eran unos 1.000 al salir de Barquisimeto y se les sumaron los 500 refuerzos en Valencia.[10] Además, recuérdese que el coronel Ceballos ya había traído otros 400 corianos y 100 regulares desde Coro.[33] Después agregaba sobre los corianos «Más de mil y quinientos hombres de sus milicias, que salieron para el interior en distintas ocasiones, no habían vuelto, pues Monteverde reputaba estas tropas como veteranas y las únicas en que podía tener entera confianza».[42][43] Por su parte, el español Pedro Urquinaona decía que apenas 400 hombres mal armados tomaron Valencia.Sobre las fuerzas navales, da los mismos datos que el cronista anterior, aunque agrega la presencia de varios transportes.[46] El periodista español Fernando Patxot estimaba que la Primera República tenía 20.000 hombres en total.[49] El colombiano José Manuel Restrepo une ambos cálculos, estimando en 5.000 republicanos con 28 piezas de artillería.[52] Un oficio, escrito un mes después,[nota 7] describe al ejército republicano en 4.472 plazas, de estos 3.979 infantes, apenas 2.277 con fusiles, y 493 jinetes, no todos montados.Clavó estacas, cavó fosos, construyó baterías y organizó una flotilla en el cuerpo de agua para mantener comunicadas las posiciones.[42] Miranda ordenó al brigadier de ingenieros, Joaquín Pineda, mejorar las trincheras y fortines.[42] Poco después, el coronel realista Eusebio Antoñanzas llegó con refuerzos, volviendo victorioso de su campaña en Calabozo.Esto dio ánimos a Monteverde, quien decidió un nuevo ataque el 29 de junio, resultando vencido con graves pérdidas y agotando sus municiones.[59] Se desconoce cuántos tomaron las armas, pero Miguel José Sanz[nota 8] menciona que en los valles de Curiepe, Capaya, Tacarigua, Mamporal, Guapo, Riochico, Panaquire, Tapipa y Caucagua[63][64] cuatro a cinco mil esclavos estaban alzados, incluyendo mujeres y niños,[63][65] de los que 500 a 1000 podían ser hombres capaces de luchar, y si se le sumaban los libres podían llegar a 2000.