Batalla de Jemappes

En dicha batalla, el ejército revolucionario francés, formado por 40 000 voluntarios al mando de Dumouriez, obtuvo una rotunda victoria, especialmente debido a su superioridad numérica, sobre el ejército austriaco desplegado en Bélgica que se hallaba a las órdenes del duque Alberto de Sajonia-Teschen, que se vio obligado a evacuar dicho país como consecuencia de la batalla.

En 1911, uno de quienes eran por esas fechas los principales líderes del Movimiento valón en Bélgica, el socialista Jules Destrée, inauguró en el mismo lugar en el que tuvo lugar la batalla un obelisco coronado por un gallo galo (es decir, un gallo cantando).

En segundo lugar, el monumento es igualmente un homenaje a las ideas de la Revolución francesa, que los iniciadores del monumento en Valonia contraponían en ese momento a un Flandes al que juzgaban como un territorio reaccionario y conservador, y al que consideraban que, en aras de su superioridad numérica en cuanto a población, imponía sus propios puntos de vista a toda Bélgica.

En tercer lugar, también se encuentra presente en el monumento una dimensión relativa al patriotismo belga, puesto que el monumento, erigido para glorificar al Ejército francés, se inscribe en la fraternidad de armas entre Bélgica y Francia que se puso de manifiesto muy poco después con motivo de la Primera Guerra Mundial y que fue revalidado durante la Segunda Guerra Mundial.

Con posterioridad a su inauguración en 1911, el «Gallo de Jemappes» (aunque en el monumento se recoja, erróneamente, Jemmappes), ha sido objeto de especiales actos de celebración y homenaje por parte del Movimiento valón, aunque ciertamente en forma intermitente, pero también del movimiento obrero belga.

El «Gallo de Jemappes».