Batalla de Immae

Septimio Odenato, un cacique de Palmira, improvisó un ejército que tuvo mucho éxito en repeler el ataque sasánida.

Finalmente, después de devastadoras victorias sobre los Alamanni, fortificando la región con murallas y abandonando Dacia, sintió que Roma era lo suficientemente segura para comenzar una campaña hacia el este.

Zabdas tenía dos grandes ventajas a su disposición: la primera era la superioridad de sus catapultas, y la segunda era el calor extremo al que los romanos no estaban adaptados.

Aureliano comprendió también la situación y planeó utilizar una táctica implementada por Claudio Gótico contra los godos, convirtiendo ambas desventajas en ventajas decisivas.

Zabdas, oliendo la sangre y una victoria segura, ordenó a sus mucho más pesadas catapultas que le persiguieran.