Nikolái Yudénich, comandante del Ejército Ruso del Cáucaso, lo sabía y creía que podía lanzar una ofensiva antes de que estas divisiones estuvieran listas para la batalla.
El alto mando otomano, reconociendo la difícil situación en los otros frentes, decidió que esta región era de importancia secundaria.
Las armas que habían quedado en la región eran las más viejas y se encontraban en malas condiciones.
Erzurum estaba considerada como la segunda ciudad mejor defendida del Imperio otomano.
[1] Las unidades otomanas se habían retirado con éxito y evitaron el cerco, pero las bajas ya eran altas.
[2] Mientras tanto, los restos del X y XI Cuerpo establecieron otra línea defensiva, a 8 km al este de Erzurum.
Durante la presa de la ciudad, los rusos capturaron 9 banderas, 327 cañones, e hicieron 5 000 prisioneros.
Los rusos perdieron 1 000 muertos, 4 000 heridos, y 4 000 sufrieron los efectos de la congelación.
El V Cuerpo (formado por la 10a y 13a división) se retiró de Galípoli.
En aquel momento, el 3r Ejército únicamente tenía 25.500 hombres, 76 ametralladoras y 86 piezas de artillería preparados para el combate.