Los polacos eran dirigidos por el general Józef Zajączek y los rusos por los generales Wilhelm Derfelden y Petrowicz Zagriażski.
El ejército rebelde estaba formado por 6.000 soldados, 2.000 milicianos y tenían 14 cañones.
Mientras tanto, los rusos eran 16.500 soldados y tenían 24 cañones.
A principios del mediodía las tropas rusas comenzaron el ataque.
En la batalla, las fuerzas polacas perdieron entre 1.400 y 1.600 hombre, mientras tanto, las fuerzas rusas perdieron alrededor de 200 hombres.