Las tropas luso-brasileñas, estaban comandadas por Joaquín de Oliveira mientras que por su parte el propio Artigas dirigía sus fuerzas.
Artigas inició un plan de contraataque junto con el general Andrés Guazurary, para invadir las Misiones Orientales ocupadas por los luso-brasileños desde 1801.
Derrotados todos los tenientes de Artigas, solo quedaba su propia columna, a la que procuró atacar Joaquín Javier Curado.
Para facilitar sus operaciones los portugueses adelantaron su Cuartel General hasta la costa del río Ibaracohi Grande, con el objetivo de acercarse más a los orientales.
Según el parte de Oliveira Álvarez al teniente general Joaquín Javier Cuerdo, Artigas contaba con 450 hombres de caballería que marchaban a la derecha en una sola fila y 400 en el ala izquierda cubiertos por 150 indios (charrúas, minuanes y guaycurúes).