Esta ofensiva se vio frustrada por derrotas como Ibirocaí y Carumbé, obligando a los orientales a replegarse y asentar su campamento en el río Arapey aunque lograban mantener la frontera en el río Cuareim con 4.000 combatientes.
[4] Su objetivo era atacar a Artigas y el 28, después de determinar mediante dos desertores que este estaba separado del grueso del ejército oriental, que mandaba el mayor general Andrés Latorre, en un potrero entre montes y barrancos de difícil acceso.
[5] En la mañana siguiente Artigas dispuso que 300 hombres en los caminos y estos pudieron atacar a la columna de Abreu hasta que la artillería portuguesa les forzó a romper la línea y retroceder en desorden.
[6] El botín de los vencedores fueron bagajes, armas, pertrechos y ganado abandonado por los orientales en su precipitada retirada.
El 4 de enero se libraría la gran batalla del Catalán entre Silva y Latorre.