No hubo bajas, heridos ni prisioneros en ninguna de las dos partes.
A todas ellas fueron enviadas campañas militares, para incorporarlas al territorio gobernado desde Buenos Aires.
Un cuarto oficio lo dirigió a Pablo Thompson, en Itapúa, anunciando que hasta no recibir contestación de Velasco no realizaría ningún acto de hostilidad contra sus fuerzas.
Cuando Belgrano llegó a la costa del Paraná, Soriano continuó su tarea siguiéndolo paralelamente por la margen derecha del río hasta Campichuelo donde llegó al mismo tiempo que Belgrano a Candelaria.
Esta capturó a dos soldados paraguayos e informó que por aquel punto podía hacerse el desembarco.
Pese a los recaudos, las fuerzas invasoras llegaron a la costa opuesta muy desperdigadas, encontrando frondosos montes en las orillas, lo que provocó que muchos soldados se extraviaran y otros tuvieran dificultades para reunirse.
En todo el cruce no hubo ninguna hostilidad enemiga, tanto en el río como en la zona de desembarco.
[6] [7] En ellas Belgrano, tres años después, hizo algunas modificaciones en cuanto al número de atacantes: En la acciòn que terminó con la captura del puesto de observación, armas y una bandera, participaron 7 soldados y 3 oficiales.
Esta bandera, con importante ceremonia y acompañamiento, fue depositada "con gran aplauso en la Sala Capitular para eterno monumento de las Glorias del país".