Después envió fuerzas para ayudar al ejército prusiano en la campaña contra los austriacos.
Al ver la necesidad de una acción rápida, Federico convenció al general ruso de quedarse unos días más, no para tomar parte en la batalla, sino para ser una fuerza que pesara en las decisiones del general austriaco.
En la noche del 21 de julio, Federico II colocó secretamente su artillería frente a las alturas ocupadas por los austriacos.
Al amanecer la artillería prusiana abrió fuego contra la caballería austriaca que huyó y puso en desorden a su propia infantería.
Posteriormente la infantería prusiana asaltó en tres columnas y capturó varias armas de fuego.