Sitio de Almeida (1762)

La toma de la ciudad formaba parte de un plan español más amplio, cuyo objetivo era la invasión de Portugal.

Esta campaña es conocida con el nombre de Guerra Fantástica.

[1]​ Así, mientras una parte del contingente español penetraba en Portugal por el norte, por Galicia, atravesando el Duero y amenazando Oporto, la otra cruzaba la frontera por Ciudad Rodrigo para dirigirse a Almeida, donde se situaba la mayor fortaleza de la zona.

[2]​ El Conde de Aranda guarneció la ciudad de Almeida, pero esta fue la única plaza importante que estuvo en manos españolas hasta el fin de la guerra.

Le fue devuelta a los portugueses por medio del Tratado de París de 1763 a cambio de la devolución a los españoles de Cuba y Filipinas, que estaban en manos británicas.