Un importante punto de inflexión en el conflicto fue en 785 cuando el carismático líder sajón Viduquindo fue derrotado en Bardengau y se rindió aceptando ser bautizado jurando lealtad a Carlomagno.
En 792 hubo una insurrección en Westfalia, provocada por el reclutamiento forzoso para la guerra contra los ávaros, a la que se unieron en 793 los sajones de Ostfalia y Nordalbingia .
[2] En respuesta a estos actos, Carlomagno levantó un ejército que envió al norte tan pronto como las condiciones del terreno fueron adecuadas para su caballería.
[5] Los abodritas, probablemente flanqueados por auxiliares francos bajo el mando del legado Eburis que dirigía el ala derecha de la alineación, atacaron a los sajones y los derrotaron, infligiéndoles grandes pérdidas.
La derrota sufrida en Sventanafeld puso fin a la resistencia de los sajones, aunque las hostilidades no cesaron por completo y en el año 804 hubo una nueva rebelión.