Sucedió a su padre, Vitzlao II, quien había caído en una emboscada y resultó muerte por los sajones rebeldes.
Carlomagno entonces continuó su pretensión de convertir a la antigua Sajonia al Cristianismo desde el paganismo.
Según la crónica de Eginardo, los nordalbingios perdieron 4.000 soldados y se vieron obligados a retirarse.
Los sorbios entonces terminaron su vasallaje a los francos y se rebelaron, invadiendo Austrasia.
[7][verifica la fuente] La región fue devastada, tras lo cual otros jefes eslavos se sometieron y entregaron rehenes.
[11] Los súbditos francos en las fronteras estuvieron tranquilos durante una década, luego los sorbios se rebelaron en 816, y rápidamente los abodritas los siguieron, liderados por Eslavomir, el sucesor de Drasco.