Los nordalbingios fue la última tribu sajona en aceptar el cristianismo.
Su devoción al paganismo les condujo a un feroz enfrentamiento contra el Imperio Franco de Carlomagno.
Los nordalbingios no aceptaban la conversión forzosa, no cedieron a las embestidas imperiales y siguieron siendo indómitos tras la segunda campaña del emperador en el año 775 cuando prácticamente toda Sajonia fue sometida.
Incluso se mantuvieron firmes tras la derrota y rendición del último caudillo pagano sajón Viduquindo en 785.
En esta ocasión la sublevación desembocó en la deportación de 10 000 nordalbingios a Neustria y su territorio cedido a la corona subyugada de los abroditas.