Missi dominici

Existen puntos de comparación superficiales con el corrector original romano, salvo que la missus era enviada con regularidad.

Previamente habían sido empleadas instituciones similares por los merovingios,[5]​ los legati o legatarii,[6]​ pero quien le dio un uso efectivo fue Carlomagno, siendo mencionados expresamente en el año 805[7]​ aunque más recientemente afirman otros autores que desde el 802 en el que el imperio carolingio «quedó organizado en regiones denominadas missiatica».

Existen puntos superficiales de comparación con el corrector romano, excepto que los missi eran enviados regularmente.

Por ello, quedaron sujetos a la vigilancia de los mensajeros del rey, que intervenían también en su nombramiento.

Los missi dominici eran una pareja de inspectores, un laico y un eclesiástico, que recorrían los condados recordando a sus señores sus obligaciones.

[19]​[20]​ Los distritos puestos bajo los missi ordinarios, que debían visitar durante un mes, cuatro veces al año, se llamaban missatici o legationes [7]​ (término que ilustra la analogía con un legado papal); la missatica (singular missaticum) evitaba la división según las diócesis o provincias existentes.

[22]​ Incluso bajo el fuerte gobierno de Carlomagno era difícil encontrar hombres que desempeñaran estas funciones con imparcialidad, y tras su muerte en 814 se hizo casi imposible.

En el transcurso del siglo IX, las fuerzas que hacían al feudalismo tendieron a producir feudos hereditarios como única forma de asegurar la estabilidad, sobre todo ante las renovadas agresiones externas en forma de ataques vikingos, ante los que el deteriorado poder central se mostraba impotente.