Batalla de Atoleiros

Estos nobles (en especial los que apoyaron a Juan, el gran maestre de Avís) comenzaron a hacer actos hostiles y comenzaron una guerra abierta contra lo que ellos entendían como una "usurpación del trono portugués" tomando algunas ciudades como Lisboa o Évora.

Ante esta situación, Juan I de Castilla dirigió un ejército hacia Portugal y tomó la corona al obligar a su suegra a abdicar de la regencia.

Cuando la caballería castellana llegaba a las filas portuguesas se veía frenada en seco por los escudos de los hombres de armas que se encontraban a la altura del pecho de los caballos por lo que los jinetes se veían obligados a frenar en seco, solo para vérselas frente a las lanzas de la infantería portuguesa.

Después de este primer contacto se sucedieron una tras una serie de cargas fallidas que solo provocaron el pánico en la infantería castellana que se dispuso a huir al ver como sus caballeros fallaban en romper las filas a los portugueses, dando así la victoria a estos.

Esta derrota para las tropas de Juan I de Castilla no supuso en lo absoluto una victoria decisiva para las tropas portuguesas, ni tampoco una derrota moral para los castellanos.