En este sentido, la utilización de la base permitiría el rápido acceso a Europa, África y Oriente Medio, constituyéndose en un instrumento utilitario en el contexto del enfrentamiento este-oeste protagonizado por la URSS y los Estados Unidos durante la llamada Guerra Fría.
Para disuadir a los planes de ocupación, el Gobierno de Portugal envió fuerte contingente militar a las islas, que incluían las unidades del Ejército de la Fuerza Aérea Militar portugueses que se establecieron en diversas bases en el archipiélago.
Entre 1941 y 1942 fueron construidas una pista de tierra batida, algunas recaudaciones y llegaron algunos aviones Gloster Gladiator, entretanto remitidos para el Aeródromo de la Achada mientras que transcurrían las obras en Los Lajes.
Llegaron también dos baterías antiaéreas, que se acuartelaron en los Lajes.
En el mismo período se confirma la presencia norteamericana en los Lajes, tras la retirada del aeropuerto de Santa María.
El tráfico de aviones aumenta, con destaque para los Boeing B-17, los Douglas C-54, los Albatros SA-16, los Dakota C-17 y los helicópteros Sikorsky SH-19.
En 1978 la BA4 fue integrada en el Comando Aéreo de las Azores, siendo atribuidas las misiones de Búsqueda y Salvamento, Transporte Táctico, y el Patrullaje Marítimo en el área del archipiélago.
Además, sus unidades aéreas desempeñan un papel preponderante en el apoyo a las poblaciones y autoridades civiles locales, en particular a través de las evacuaciones sanitarias y del transporte inter-islas.
El acuerdo fue renegociado en 1985, pero esta vez, aunque más ayudas previstas sustancial en comparación RETROADAPTACIÓN instó sobre las Fuerzas Armadas que en el desarrollo de las islas.
En 2003 la base fue escenario de la cumbre Bush-Aznar-Blair, en la que Barroso fue el anfitrión.