Humberto Delgado

Durante muchos años Delgado fue un ferviente defensor del ideario salazarista, particularmente de su anticomunismo.

[1]​ Su actitud política favorable al régimen y su capacitación técnica obtenida en Estados Unidos le permitieron ascender rápidamente en la escala jerárquica (sería el general más joven de la Fuerza Aérea Portuguesa, ascendiendo a este puesto con apenas 47 años) y a ocupar posiciones destacadas dentro del Portugal de la dictadura.

En 1959 debió pedir asilo político en la Embajada de Brasil y más tarde se exilió en Argelia.

Durante su exilio fue ampliamente apoyado por la Infanta María Pía de Sajonia-Coburgo Gotha y Braganza, a quien se dirigía como "la Princesa" o "la Duquesa"; ella le ayudó monetariamente e incluso le ofreció una de sus residencias en Roma para que el general pudiese regresar a Europa.

Engañado por éste, Delgado fue atraído a la frontera hispano-portuguesa en febrero de 1965 para reunirse con otros falsos opositores al Estado Novo.

Placa Conmemorativa de Humberto Delgado