La basílica de San Juan de Ávila es una basílica pontificia menor situada en la localidad de Montilla, Córdoba, (España).
La basílica está dedicada a San Juan de Ávila, patrono del clero secular español y doctor de la Iglesia desde octubre de 2012 y en ella se albergan sus restos, guardados en el "Arca del Testamento".
Como la iglesia se quedó pequeña, los jesuitas decidieron construir una mayor en 1726, en el estilo típico de la Compañía, pero las obras no llegaron a su fin al producirse la expulsión de los jesuitas en 1767.
Después de la desamortización de Mendizábal, pasó a propiedad privada, hasta que Francisco de Alvear y Gómez de la Cortina, VI Conde de la Cortina, gran mecenas local, compró el terreno y el inmueble y terminó la iglesia, conservando la planta del modelo jesuita y entregándola a la Compañía de Jesús, que la abriría al culto en 1944.
Entre sus pinturas destacan un Ángel de la Guarda atribuido a Valdés Leal, un Santo Domingo, atribuido a Zurbarán, una Virgen de la Paz, de autor anónimo del siglo XVI y varias atribuciones a Vicente López.