[8] En fecha temprana se confirma documentalmente, en el Libro del Rediezmo de 1268,[nota 1] «tanto la nueva titularidad como la presencia de una cofradía dedicada al santo.»[9] En concreto, en el documento aparecen mencionadas cuatro cofradías: San Gregorio, en la Berrueza; San Fausto, en Valdeallín; Isasperri, en Araquil, y Burrin, en Esteríbar.
[13] «En el siglo XIX la atención se desvía hacia su bella ermita de Sorlada y, desde que la descubrió Pedro de Madrazo,[nota 2] las historias del arte español la citan con la misma reiteración que lo hacían los escritores hagiográficos a su titular, en la centurias anteriores.»[14] Toda esta creciente devoción por el santo y sus virtudes llegó al mismo trono real español, en el siglo XVIII, y se tiene noticia del requerimiento de Fernando VI, en 1756, para que el relicario recorriera las regiones de Teruel, Valencia, Alicante, Murcia, Extremadura y Andalucía como paliativo que ayudara a exterminar una pertinaz plaga de langosta que desolaba aquellos campos por tales fechas.
[19] La iglesia actual presenta en planta un edificio de cruz latina «con un curioso crucero trebolado».
[1] La primera iglesia sería de estilo prerrománico, o románico temprano, y habría sido construida en el siglo XI.
Pero fue reformada tan seriamente durante del siglo XVII y el siglo XVIII, adquiriendo la forma actualmente conocida, que posiblemente han quedado enmascarados vestigios de elementos constructivos de reformas en épocas intermedias.
La profusa ornamentación, realizada en yeso, con el paso de los años se ha ido perdiendo.
Las tres tallas principales son obra de Roberto Michel y están fechadas en 1768.
[24] Situados en los machones del crucero hay sendos púlpitos en hierro realizados en 1777 por Miguel Barrera, un rejero de Pamplona.
Utilizando un embudo aplicado al agujero superior, el agua es vertida para ser recogida y empleada como remedio contra las plagas más habituales en el entorno agrícola así como en algunas enfermedades.