Banca Cívica

Dado el importante volumen de Cajasol, Banca Cívica cambió su sede a Sevilla.El Consejo de Cajasol autorizó a la Caja a integrarse en Banca Cívica y desde ese momento contó con dos copresidentes, el presidente de Cajasol, Antonio Pulido y el del SIP, Enrique Goñi, que era también director general de Caja Navarra.El tramo minorista previsto fue el 48% y el de empleados el 2%.El tramo institucional tuvo reservado el 50%, con aportaciones mínimas de 100.000 euros.La valoración del banco fue 1.342,3 millones de euros.Según se manifestó, la operación conformaría la entidad líder en el mercado español, con más de 14 millones de clientes y unos activos de 342.000 millones de euros y se expresó que la integración no requería ayudas públicas, ni tenía ningún coste para el resto del sector financiero.[1]​ En cuanto a la estrategia de marca de las sucursales absorbidas, CaixaBank decidió eliminar la marca "Banca Cívica" y recuperó, por motivos meramente históricos y culturales, las marcas comerciales -combinadas con el icono corporativo del banco catalán- de las cajas de ahorros que dieron lugar a la entidad a pesar de que ya no sean las antiguas cajas las que operan el negocio financiero.[11]​ Sin embargo, cinco meses después, el caso volvió a la Audiencia Nacional.