En 1726, el virrey lo designó gobernador del Tucumán y partió desde Lima vía Chile.
[2] Durante su gobierno se produjo un marcado deterioro en la gobernación, una suerte de retroceso en las conquistas anteriores; los indígenas del Chaco invadieron la provincia y llegaron y asaltaron hasta la ciudad de Córdoba, como nunca lo había hecho con anterioridad; tierras y haciendas fueron devastadas y los españoles perdieron sus fortunas.
Así fue como se despobló la reducción San Esteban de Miraflores, que era una suerte de barrera para quienes intentasen entrar en el Tucumán.
Los españoles se vieron obligados a retirarse hacia las ciudades.
En el año 1730, como había perdido autoridad, optó por renunciar a la gobernación para asumir en Perú como general de las armas del Callao.