Llegó como aventurero al Río de la Plata, se instaló en Buenos Aires y más tarde se radicó en Santiago del Estero, donde contrajo sus dos matrimonios y tuvo descendencia.
Estaba considerado como una persona destacada y honorable en las funciones que se le confiaron.
El deán Gregorio Funes tuvo las siguientes palabras para con él: Por su destacado desempeño fue elegido teniente general de gobernación por Urizar, ya que en sus largos años de actuación había demostrado una honorabilidad acrisolada.
Actualmente su lápida se encuentra en el Convento de Santo Domingo, puesto que en Santiago del Estero los dominicos fueron los continuadores en ese templo de los jesuitas, tras su expulsión.
Estuvo poco tiempo en el gobierno, ya que falleció en 1726.