Se suele considerar que el límite sur de la bahía es una línea entre la desembocadura del río Rickleån, en la costa sueca, y el extremo más oriental de la pequeña península de Kokkola.
Las aguas de la bahía son poco profundas, bastante frías y dada la gran cantidad de ríos que drenan en ella, tienen muy poca salinidad, 0,2-0,4%, lo que hace que pueden vivir en sus aguas incluso diversas especies de peces de agua dulce y que en algunas zonas el agua sea apta para el consumo humano.
Permanece helada unos 120 días al año, durante unos 4 meses, alcanzando las zonas más septentrionales un espesor de hasta 1 m. Se emplean buques rompehielos para abastecer ciertos suministros a algunos puertos.
Esta última característica obligó a la construcción de un ferrocarril desde Kiruna y Gallivare, cerca de la frontera con Noruega para enlazar con el puerto de Narvik, también en Noruega, que permanece abierto todo el año a la navegación, a pesar de encontrarse más al norte que la Bahía de Botnia ([1]).
Pero la primitiva línea de ferrocarril entre Kiruna y Lulea en la bahía de Botnia, quedaba interrumpida durante algún tiempo durante el invierno ártico, no tanto en el trayecto terrestre sino en la navegación marítima.