Badís sucedió a su padre, Habús ben Maksan, en el trono de Granada, aunque enfrentó una fuerte oposición interna.
En cuanto a la política exterior, Badís ben Habús adoptó una postura activa en la competencia territorial entre las taifas.
Nombró a su hijo primogénito, Buluggin ben Badís, como gobernador de la nueva región.
La muerte de Buluggin alteró la sucesión y colocó a su segundo hijo, Maksan ben Badis, como heredero del trono.
Este último maniobró para que Badís no nombrara como sucesor a su hijo Maksan ben Badís, independizado en Jaén, sino a su nieto, Abd Allah ben Buluggin, quien finalmente lo sucedió tras su fallecimiento en 1073.