Las bacterias reductoras de azufre obtienen su energía reduciendo azufre a sulfuro de hidrógeno.
Acoplan esta reacción a la oxidación de acetato, succinato o de otros compuestos orgánicos.
Varios tipos de bacterias y numerosas archaea no metanógenas pueden reducir el azufre.
Algunas bacterias, por ejemplo Proteus, Campylobacter, Pseudomonas y Salmonella, tienen la capacidad de reducir el azufre, pero puede también utilizar oxígeno y otros aceptadores terminales de electrones.
Algunas bacterias pueden utilizar tanto azufre como sulfato como fuente de la energía.