Fundada en noviembre de 1913,[1] fue el órgano de expresión del Ateneo de Sevilla y en ella contribuyeron algunos de los intelectuales andaluces más prestigiosos de la época, como Rodríguez Marín, Méndez Bejarano o los hermanos Álvarez Quintero, y otros no andaluces como Cambó, Palacio Valdés o G. Maura.
Está considerada como una pieza fundamental en el desarrollo del andalucismo.
De hecho en su primer número se definía como una “revista ilustrada de Sevilla, con carácter regional y dedicada principalmente a la literatura, arte y vida social contemporánea”.
En ella aparecieron trabajos fundamentales sobre el regionalismo andaluz, desde una perspectiva sentimental y españolista.
El diseño de su maquetación se aproxima a la corriente artística regionalista y al modernismo.