Originalmente hacía referencia a una vara de olivo adornada con guirnaldas, pero en su forma clásica es una vara rodeada por dos serpientes enroscadas y ascendentes, usualmente coronada con un par de alas.
En la mitología griega, el caduceo fue regalado por Apolo a Hermes, quien le regaló a su vez la flauta de Pan, también llamada siringa.
[5] Los lazos blancos con los que la vara de heraldo estaba originalmente adornada habrían sido cambiados por artistas posteriores por las dos serpientes,[6] aunque los propios antiguos las justificaban bien como vestigio de alguna característica del dios, bien considerándolas representaciones simbólicas de la prudencia, la vida y la salud.
El caduceo no se ha representado siempre del mismo modo sino que ha tenido diversas variaciones.
Estas serpientes se relacionan con un mito en el que Hermes vio luchar a dos serpientes y las separó pacíficamente con el caduceo.