Azafata del tren fantasma es una canción interpretada por la banda de rock Invisible, incluida en su primer álbum, lanzado en 1974, séptimo en el que tiene participación decisiva Spinetta.
Como venía pasando desde Pescado Rabioso, Spinetta solía inspirarse en textos literarios, obras pictóricas o culturas no occidentales para componer sus canciones y organizar conceptualmente sus álbumes.
En el caso del álbum Invisible, se destacan la influencia de sus lecturas sobre las culturas americanas precolombinas, especialmente la Civilización incaica, así como la obra del pintor holandés M.C. Escher y los libros de Carl Jung dedicados a la cultura oriental y los mandalas.
Mientras es asesinado, el rey puede ver a la azafata del tren fantasma mirando la escena desde una escalera, riendo.
La canción termina con la frase: «no habrá flores ni vientos que lo hagan gritar».