Autopista Palín-Escuintla

En la actividad también estuvo el entonces ministro de comunicaciones Fritz García-Gallont, quién indicó que buscaba eliminar atascos debido a que la transitaban 14 mil vehículos diarios aproximadamente.El contrato establecía que la empresa se encargaría de administrar, controlar, operar y mantener en buenas condiciones dicho tramo, para el que se aprobó el cobro de un peaje para que se pudiera financiar el mantenimiento de dicha carretera.Las tarifas que han regido para el peaje son: La empresa también se comprometió a colocar los puestos de cobro, implementar medidas de seguridad, emergencia y primeros auxilios; cuidar y restaurar la señalización necesaria, mantenimiento y reparación de todo el tramo concesionado: puentes, drenajes, cunetas, hombros, derecho de vía, etc.; capacitar al personal guatemalteco que designara el concedente (gobierno).Una de las principales críticas a la concesión otorgada fue por lo pocos recursos que recibió el Estado de Guatemala por la carretera, debido a que se estableció que únicamente recibiría el 1% de los ingresos totales por concepto del peaje, pero el gobierno gastó Q.350 millones (US$44 millones).En 2014 el entonces viceministro de Comunicaciones, Rubén Mejía, explicó que era la primera concesión hecha en el país y por eso se cometieron algunos errores que debían entenderse, «porque sucedieron en otra época» y en otras condiciones.En 2013, Luis Contreras, entonces diputado por el gobernante Partido Patriota, presentó una propuesta para declarar lesivo el contrato porque los ingresos percibidos por el estado no eran justos comparados con la inversión que se hizo en la carretera.