Exónimo

[3]​ El término español «exónimo» proviene del griego ático Ejemplos clásicos pueden ser Burdeos por Bordeaux (en francés), Londres por London (en inglés) o Múnich por München (en alemán).[1]​ Los exónimos son un fenómeno tradicional y habitual en todas las lenguas cultas que sigue plenamente vigente.En su labor, dicha comisión se vio obligada a acuñar el término «exónimo», aceptando que existen exónimos tradicionales, firmemente arraigados, en los idiomas nacionales.Aunque los aceptan, recomiendan que para los nuevos nombres geográficos que se han venido creando y los que se creen en el futuro ―especialmente a consecuencia del trasvase de territorios a raíz de la Segunda Guerra Mundial (u otras futuras) y del rechazo a la tradición colonialista en el caso de los países que adquirieron por primera vez su independencia― no se creen nuevos exónimos y se utilice el topónimo oficial.[5]​ También puede suceder que una forma tradicional española haya caído en desuso o que haya pasado a considerarse políticamente inadecuada, entonces se fuerza al uso de la forma local, tales son las casos de Bremen (antes Brema), o Ankara (antes Angora).