La mayor novedad aportada por los australopitecos es que se desplazaban de manera bípeda.
Existe consenso en que los australopitecos jugaron un papel esencial en la evolución humana al ser una de las especies de este género la que dio origen al género Homo en África hace dos millones de años, el cual a su vez dio origen a las especies Homo habilis, H. ergaster y finalmente al hombre moderno, H. sapiens sapiens.
El primer miembro conocido del género, A. anamensis, existió en África oriental hace unos 4,2 millones de años.
Aunque presentaban muchas características consideradas primitivas, su locomoción era claramente bípeda.
Los homínidos modernos, en particular Homo sapiens, no muestran diferencias tan marcadas y muestran un bajo grado de dimorfismo, siendo los machos en promedio solo un 15 % más grandes que las hembras.
Algunos estudios indican que la diferencia podría ser menos marcada, pero sigue siendo un tema controvertido.
Han sido intensos los debates científicos sobre la clasificación de estas especies y géneros.
[16] A. anamensis pudo descender o estar estrechamente emparentado con Ardipithecus ramidus.
Muchas investigaciones se han centrado en la comparación entre las especies sudafricanas A. africanus y Paranthropus robustus.
[21] El engrosamiento del esmalte en los australopitecos puede haber sido una respuesta al consumo de alimentos más triturados como tubérculos, frutos secos y granos de cereales con suciedad arenosa y otras pequeñas partículas que desgastarían el esmalte.