Ardipithecus ramidus es una especie extinta de homínido, probablemente un hominino (primate bípedo) y quizá un ancestro del ser humano.
A diferencia de los homínidos modernos, A. ramidus presenta adaptaciones tanto para caminar sobre dos piernas (bipedismo) como para la vida en los árboles (arboralidad).
Esto sugiere que la tendencia hacia formas pedomórficas o juveniles, evidente en la evolución humana, puede haber comenzado con A. ramidus.
Los primeros restos de A. ramidus fueron descritos en 1994 por el antropólogo estadounidense Tim D. White, el paleoantropólogo japonés Gen Suwa y el paleontólogo etíope Berhane Asfaw.
[1] En 1995, hicieron una corrección recomendando que se clasificara en un género separado, Ardipithecus; el nombre deriva del afar ardi «tierra» o «suelo».
[1] En 2001, la paleontóloga francesa Brigitte Senut y sus colegas lo alinearon más estrechamente con los chimpancés,[7] pero esto ha sido refutado.
[3] Antes del descubrimiento de Ardipithecus y otros homininos anteriores al Australopithecus, se suponía que el último ancestro común chimpancé-humano y los simios precedentes se parecían mucho a los chimpancés, orangutanes y gorilas actuales, lo que significaría que estos tres han cambiado muy poco a lo largo de millones de años.
Su descubrimiento llevó a postular que los grandes simios modernos, al igual que los humanos, desarrollaron varias adaptaciones especializadas a su entorno (tienen morfologías muy derivadas), y que sus antepasados estaban comparativamente poco adaptados para el comportamiento suspensorio o a caminar con los nudillos, y no tenían una dieta tan especializada.
[12] Esta especie fue definida por Tim White y su equipo a partir del descubrimiento en África Oriental en los años 1992-1993 de unos maxilares.
Según sus descubridores este hallazgo confirma que los homínidos definitivamente caminaban erguidos sobre dos pies hace 4,5 millones de años.