En su juventud, quiso dedicarse al toreo, llegando a ser novillero, pero finalmente se decantó por el cante flamenco.
Recibió influencias musicales de su paisano Enrique el Mellizo, y compartió escenario con artistas como Antonio Chacón o Manuel Torre.
Realizó sus primeras grabaciones para la compañía Polydor en el año 1929, con el acompañamiento de Ramón Montoya a la guitarra.
A lo largo de su carrera musical, tocó diversos palos del flamenco, como alegrías, malagueñas, tangos o soleares, entre otros.
En febrero de 1956 es homenajeado en el Gran Teatro Falla, en un evento organizado por José María Pemán.