Aullido

[2]​ El verbo asociado habitual es «aullar»,[3]​ [4]​ aunque también se documenta «otilar» como regionalismo de Aragón.

[6]​ Como acto emotivo, el aullido puede expresar tanto alegría —nacimiento de una camada, abundante caza...— como tristeza —ancianos abandonados por el grupo...—.

Estas llamadas se oyen por lo general al crepúsculo o por la noche, y con menos frecuencia durante el día.

[9]​ El aullido se emplea tanto para atraer a miembros de la manada como para repeler intrusos.

[9]​ Los dingos machos marcan territorio más frecuente que las hembras, y esto aumenta en temporadas de reproducción.

Su origen puede estar en el hecho de que el animal ha de doblar el cuello hacia arriba para hacer su aullido más eficaz, posición que le permite emitirlo a un volumen mucho mayor.

Lobo blanco en la postura característica del aullido, con el cuello doblado y mirando a lo alto.
Pirograbado de un lobo aullando a la Luna , mito alimentado por la postura de la imagen anterior.