En San Sebastián recogieron a Juan José Domínguez Muñoz, quien, como Calleja, acababa de regresar del frente ruso, donde había combatido en las filas de la División Azul.
[2] Los ministros falangistas Ramón Serrano Suñer y José Luis Arrese, que se encontraban de vacaciones, regresaron inmediatamente a Madrid, y allí junto con José Antonio Girón de Velasco, también ministro falangista, intentaron impedir que los detenidos fueran condenados y ejecutados quitando importancia al incidente.
[2] Mientras tanto, el general Franco siguió de vacaciones en Galicia, como si nada hubiera ocurrido, y no comenzó a actuar hasta el 24 de agosto, nueve días después del atentado.
[1] Francisco Franco aprovechó el incidente de Begoña para desbancar a los falangistas del poder, cesando a su propio cuñado Ramón Serrano Suñer, ministro de Asuntos Exteriores, y también a Valentín Galarza, ministro de Gobernación, y al general José Enrique Varela, ministro del Ejército.
[2] No obstante, su mandato fue corto, ya que Franco acabaría disolviendo la milicia del partido; su disolución encontró alguna oposición interna, pero Franco logró imponerse.