Durante su vida política, Adolf Hitler fue objeto de varios atentados, algunas fuentes citan al menos 42 tentativas, pero ninguna tuvo éxito debido a que Hitler estaba permanentemente en custodia de las SS para mantener su seguridad y variaba repentinamente su agenda, adelantando o acortando su permanencia en los lugares que visitaba o cambiaba de ruta o fechas de actividades programadas sin previo aviso o simplemente por sucesos inesperados.Hitler, que iba a dar un discurso con motivo del Putsch de 1923, se presentó media hora antes y habló ante una atestada concurrencia.Trece minutos después de marcharse explotó la bomba y mató a siete personas dejando el lugar en ruinas.Lo mismo sucedió con el plan de hacer volar su tren especial.[1] Stauffenberg logró colocar una poderosa bomba accionada por detonador químico a menos de un par de metros del Führer y se retiró.