Ben Barka había sido contactado meses antes por un hombre llamado Georges Figon, que se presentaba como productor de una película sobre la descolonización, titulada Basta!, que iba a ser dirigida por el cineasta Georges Franju, con guion de Marguerite Duras; Ben Barka debía ser el «asesor histórico».
Con Bouseseiche, al que llaman Monsieur Jo, se encuentra su banda: André Le Ny, Pierre Dubail y Jean Palisse, a los que se une poco después Georges Figon.
Es acusado también Philippe Bernier, el periodista citado con Ben Barka en la brasserie Lipp junto a Franju y Figon.
Éste, sin embargo, no es localizado por la policía, y sí, por el contrario, por la prensa, a quien hará una confesión.
Es el primer testimonio público sobre lo ocurrido a Ben Barka, aun cuando el título es una exageración, pues Figon no ha visto morir a Ben Barka, y contiene un dato erróneo, el del chalet de López, probablemente con intención de exculpar a Boucheseiche y su banda, que no han sido detenidos.
También será inculpado Marcel Le Roy-Finville, superior de López en el SDECE.
Entretanto, la policía ha conseguido localizar a Figon el día 17: muerto en su domicilio, por suicidio según la investigación.
El tribunal pronuncia las siguientes sentencias: Georges Boucheseiche, Jean Palisse, Julien Le Ny y Pierre Dubail son condenados a cadena perpetua.
Ahmed Dlimi, Ghali El-Mahi, Roger Voitot, Marcel Le Roy-Finville y Philippe Bernier son absueltos.
Antoine López y Louis Souchon son condenados a seis años de cárcel.
Bouseseiche, Dubail y Le Ny, refugiados en Marruecos, murieron en 1974 en el centro de detención clandestino Dar al-Muqri, en Rabat, tras haber estado en arresto domiciliario por su supuesta participación en un complot contra Hasan II.
Thami Azemmuri, el estudiante que acompañaba a Ben Barka y fue testigo de su secuestro, fue encontrado muerto, oficialmente por suicidio, en 1971 en París.
Finalmente, Ahmed Dlimi, que con el tiempo se convirtió en número dos del régimen alauí, murió en 1982, oficialmente en un accidente de tráfico.
De este modo, de todas las personas conocidas que participaron en la operación (y que podrían por tanto arrojar luz sobre ella) sólo quedarían con vida dos agentes marroquíes, Milud Tunsi (a quien se identifica como el misterioso Chtouki) y Bubker Hasuni.
Bujari añade que Martin había conocido este método para hacer desaparecer a los adversarios durante su estancia en Irán tras el derrocamiento del gobierno de Mosaddeq.
En medios oficialistas se suele defender la opinión de Barrada (quien es hoy un ferviente defensor del statu quo), mientras que desde medios críticos con el sistema político marroquí se suele dar crédito a Bujari.
Sin embargo, buena parte de lo concerniente a Ben Barka había desaparecido.