Para clasificar la peligrosidad de estos objetos, se ha establecido la Escala de Turín (Torino scale), que se determina como sigue: Cuando un nuevo objeto es detectado, se le aplica una clasificación base de cero y, conforme progresan las investigaciones, puede ir aumentando su nivel o volver a caer en niveles inferiores.España colabora con el programa Spaceguard Spain, cuyo máximo exponente es el Observatorio astronómico de La Sagra, ubicado en Granada.Ni los gobiernos ni la opinión pública consideran prioritario este asunto, por mucho que pueda estar amenazada la propia supervivencia de la especie humana y aunque recientemente ya se hayan producido dos avisos que no fueron detectados (ver Evento del Mediterráneo Oriental y Evento de Vitim).[3] De los aproximadamente 800 objetos registrados como potencialmente peligrosos, hay uno que resulta especialmente preocupante, el asteroide Apofis.Apophis no se ha observado desde 2015, principalmente porque su órbita lo ha puesto muy cerca del Sol desde la perspectiva de la Tierra.El factor esencial es el tiempo: cuanto antes se detecte, más posibilidades existen de organizar un esfuerzo internacional que permita lanzar naves espaciales al objeto.Incluso este pequeño cambio (en torno a unos pocos milímetros por segundo) sería suficiente para que, con el paso de los años, evite la Tierra.Si se hace lo bastante lejos, esta modificación de la trayectoria sería suficiente para que fallase al llegar a la Tierra.La Fuerza Aérea de los Estados Unidos elaboró hace años un documento denominado Planetary Defense 2025 que contemplaba estas y otras opciones, pero no ha conducido a la toma de medidas activas al respecto.El primer puesto lo obtuvo un consorcio estadounidense y la compañía española Deimos Space fue galardonada con un segundo premio.
Efecto Yarkovsky:
1. Radiación desde la superficie del asteroide
2. Rotación del asteroide
2.1 Localización de la "tarde"
3. Órbita del asteroide
4. Radiación solar