[1] Su carácter obligatorio u opcional, la concreción de su currículum, la selección del profesorado que la imparte, su valor académico, etc. ha ido variando según la época y la ley educativa vigente.
En el curso 2022-2023 el porcentaje de alumnos que eligieron cursar Religión bajó hasta el 57% con importantes diferencias según la titularidad de los centros: en los públicos solo el 45,3% elegía esta asignatura, en los concertados el 89,1% y en los privados el 71,8%.
Tal como venía demandando la jerarquía eclesiástica católica desde que se aprobó la LOGSE en 1990, en la ley se estableció una "alternativa fuerte" a la asignatura de religión y esta recobró su plena validez académica.
Así los alumnos que no la eligieran cursarían una materia de estudio sobre el "hecho religioso".
Como la primera materia nunca se definió, en la práctica los alumnos solo tuvieron la segunda opción.
En Bachillerato la Religión forma parte de las asignaturas específicas optativas, tanto en 1º como en 2º.
Los datos referidos al curso 2006-2007 mostraban que solo en la enseñanza primaria eran mayoría —aunque el porcentaje había bajado 7 puntos desde el curso 1999-2000 hasta el de 2006-2007, pasando del 81,4% al 74,1%—, mientras que en la ESO y en Bachillerato solo el 44,7% y 36,8%, respectivamente, elegían la asignatura de religión.
En cambio en los centros privados la opción religiosa era abrumadoramente mayoritaria: el 87,1% en primaria, el 84,6% en ESO y el 86,4% en Bachillerato.
En cuanto a otras confesiones religiosas constataba que había 121 profesores de religión evangélica y 42 musulmanes —la mitad de estos últimos daban clase en Ceuta y en Melilla—.
[5] Los datos más actualizados que maneja la Conferencia Episcopal Española también reflejan ese descenso.