Este consistía en un extintor vacío, 7 gramos de pólvora, dos mechas, una cinta adhesiva y un encendedor, materiales que Asel Luzarraga siempre negó haber tenido o siquiera visto en su casa.
Asel Luzarraga tuvo noticia de las acusaciones por un periodista que se lo comunicó mientras los carabineros le llevaban a un reconocimiento médico.
Tras ser rechazado el recurso de nulidad contra la sentencia, su abogado, Jaime Madariaga, se manifestó inconforme con la decisión.
[8][9] Actualmente el Estado chileno ha sido denunciado por ello ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) Sabiendo que iba a ser probablemente expulsado del país, Luzarraga hizo abandono del mismo y volvió al País Vasco.
[6] En 2013 publica con la editorial Quimantú[10] de Chile su primera obra escrita en castellano, Los buenos no usan paraguas (Desmontando un montaje; desnudando al Estado).
Este ensayo fue de nuevo publicado al año siguiente por tres editoriales vascas en una edición conjunta.