Asedio de Modugno

El bando sanfedista estaba constituido principalmente por habitantes que defendían la figura del rey, todavía sacra, de los cambios revolucionarios introducidos por los franceses.

Entre las primeras ciudades puglienses en ser agredidas por este bando se encontraba Modugno, considerada adversaria por haberse adherido a la República bajo la presión del comité de Bari.

Fernando IV, seriamente preocupado por el transcurso de los acontecimientos, decidió reforzar su propio ejército.

Pero esta victoria fue solo una ilusión ya que los acontecimientos sucesivos se volvieron contra los napolitanos.

Sin embargo, las murallas, debido a su lamentable estado de conservación, no conseguían ejercer su función y era posible entrar y salir de la ciudad aun cuando las puertas estaban cerradas.

El nuevo gobierno dispuso que todas las ciudades y pueblos proclamasen su adhesión a la República: los comisarios republicanos llegaron a Apulia a principios del mes de febrero instaurando las "juntas municipales", siguiendo el modelo francés, plantando en las plazas el "árbol de la libertad" y organizando fiestas en los lugares donde izaba la bandera tricolor de la recién nacida República (azul, amarillo y rojo).

Ese mismo día, por el temor a las duras penas con las que amenazaba la carta, los modugneses plantaron un árbol decorado con cintas tricolores coronado por un gorro rojo como símbolo de la libertad en Piazza Sedile.

Entre los exponentes del clero no hubo una reacción uniforme: algunos eclesiásticos se adherieron con entusiasmo a las nuevas ideas de igualdad y libertad llegadas con la revolución, mientras que otros religiosos compartían la visión monárquica del pueblo hasta el punto de unirse a los grupos sanfedistas formados para combatir con las armas a los franceses y sus ideas revolucionarias.