Dicha acción fue la más importante de la organización insurgente Grupo Popular Guerrillero (GPG).
Sin embargo, escaparon con vida cinco guerrilleros: Ramón Mendoza, Guadalupe Scobell Gaytan, Florencio Lugo, Francisco Ornelas Gómez y Juan Fernández Adame.
Los soldados, en contraste, recibieron sepultura con honores y funeral militar, y además fueron bendecidos por el cura de la ciudad, Roberto Rodríguez Piña que se negó a hacer lo mismo con los cuerpos de los criminales.
La organización política/militar, Liga Comunista 23 de Septiembre, eligió su nombre en honor a los guerrilleros caídos durante este encuentro.
Si bien el ataque fue un fracaso militar, marco un precedente en el movimiento guerrillero en México, como algunas guerrillas como el Ejército Popular Revolucionario que remarca como influencia para su lucha armada.