Era en esta colina donde según el historiador Polibio se localizaba el palacio del general cartaginés y fundador de la ciudad Asdrúbal el Bello, que aún no ha podido ser localizado.Al contrario que otros restos arqueológicos de Cartagena como los del anfiteatro romano, que dieron nombre a una zona de la ciudad conocida como Antigones, los restos del Molinete no fueron descubiertos en gran medida hasta la Edad Contemporánea, lo que permitió conservarlos casi intactos hasta nuestros días.En 1568, el rey Felipe II encarga al duque Vespasiano I Gonzaga la fortificación de Cartagena, desguarnecida hasta entonces.Durante el siglo XVII, la colina fue poblada por molinos de cereal, a los que en el siglo siguiente les siguen los burdeles, favorecidos por la afluencia de población foránea que llega a la ciudad debido a las grandes construcciones llevadas a cabo durante el reinado de Carlos III: el Arsenal, las murallas, castillos, cuarteles, etc. Hasta la segunda mitad del siglo XX, la colina quedó relegada al olvido, hasta que mediante la expropiación se comienza a desalojar la zona para establecer un parque arqueológico, utilizando para demostrar el valor arqueológico del monte los indicios que dan los pobres vestigios o documentación de la época.Los continuos hallazgos casuales despertaron el interés de Pedro Antonio Sanmartín Moro, director del Museo Arqueológico Municipal, quien comenzó las excavaciones entre los años 1977 y 1978.