La madre de Arz von Straussenburg fue Louise Pfaffenhuber y su padre, Karl von Arz Straussenburg, un pastor evangélico muy respetado que obtuvo el título de barón y tuvo un escaño en la Cámara Alta húngara.
Arz von Straussenburg fue educado en Hermannstadt y Dresde; buen estudiante, obtuvo notas sobresalientes.
Ese mismo año se casó con Stefanie von Tomka Tomkahaza und Falkusfalva, de la nobleza húngara.
Rumanía declaró la guerra el 27 de agosto, cuando Arz von Straussenburg aún no había recibido refuerzos.
La operación hizo que Arz von Straussenburg se ganase el respeto del nuevo emperador, Carlos.
Arz von Straußenburg siguió al mando del 1.er Ejército hasta febrero de 1917.
Este se entrevistó con los dirigentes civiles y militares del Imperio durante las semanas siguientes.
A diferencia de Conrad, ambicioso e interesado en la política, Arz von Straussenburg era un asesor fiel al emperador en asuntos militares.
Sin embargo, a partir de junio de 1918, momento en el que Austria-Hungría estaba ya agotada tras la derrota en Italia y cedía a las exigencias alemanas,[5] abogó por alinear completamente la política austrohúngara con la alemana, actitud que consideró la más beneficiosa para el imperio.
Arz von Straußenburg admiraba el sistema militar alemán y era partidario de estrechar la alianza con Alemania.
[6] El OHL ganó en influencia en las operaciones militares austrohúngaras, para disgusto de los políticos del imperio.
Finalmente el emperador propuso una solución intermedia: la división de las fuerzas disponibles entre los dos generales, que llevarían a cabo ataques en dos sectores diferentes del frente.
Las condiciones del armisticio no se comunicaron adecuadamente a las tropas, que creyeron que había entrado en vigor de inmediato; esto permitió a los italianos hacer más de trescientos cincuenta mil cautivos.
En su biografía, Arz von Straußenburg rechaza la idea de que el expansionismo austrohúngaro originase la guerra.
Después de la guerra, Arz von Straussenburg renunció al servicio activo y se vio obligado a establecerse en Viena.
Constitucionalmente era ciudadano húngaro, pero Hungría, al igual que Rumanía, rehusó pagarle la pensión de jubilación.
Continuó viviendo en Viena y, a diferencia de Ottokar von Czernin, escribió sus memorias en las que describió sus experiencias como oficial sin tratar de justificarse y sin expresar opiniones políticas.