El arte de Islandia se desarrolló con base en las tradiciones de Europa del Norte del siglo XIX, pero se desarrolló en diferentes direcciones en el siglo XX, influido en particular por la mitología, la cultura y el característico paisaje islandeses.
También en Dinamarca se formó Ásgrímur Jónsson, quien con Þorláksson creó representaciones distintivas del paisaje de su país en un estilo romántico y naturalista.
Kjarval se caracterizó por su técnica pictórica para representar la roca volcánica que domina el ambiente islandés.
El arte abstracto ganó una gran importancia a mediados del siglo XX, encabezado por aristas como Svavar Guðnason y Nína Tryggvadóttir.
[2] El paisaje sigue siendo un tema predominante en el arte islandés actual, lo que se refleja en las exposiciones de la Galería Nacional.