Las fuentes a las que acudió Metastasio para componer Artajerjes fueron los dramas El Cid y Xerxes de los autores franceses Pierre Corneille y Prosper Jolyot de Crébillon respectivamente.
Entre tanto, su padre ha matado al rey Jerjes para favorecer una posible ascensión de su hijo al trono; pero, lleno de miedo, Artabano da a su hijo la espada, goteando sangre todavía, y favorece su fuga.
Descubierto el asesinato, Artabano induce a Artajerjes a sospechar de Darío, su hermano menor; y el regicida, interpretando los deseos del nuevo rey, lo hace matar inmediatamente.
Mandana, aunque ama a Arbaces, luchando contra sus sentimientos reclama justicia; Semira, en cambio, se muestra piadosa por la suerte de su hermano.
Artajerjes se conmueve y lo libera, ofreciéndole para beber una copa envenenada que para él mismo había preparado.
Los teatros de más renombre representaron en este período obras del ilustre italiano, y los compositores musicalizaron los libretos que el público esperaba ansioso.