Artaíctes

Allí fue asediado y capturado por los atenienses que habían vencido a los persas en la batalla de Mícala y, a ruegos de la población local, terminó su vida empalado o crucificado.

Este territorio había sido posesión de Atenas, al menos durante cuarenta años, desde que se estableció allí el primer Milcíades hasta la supresión de la revuelta jónica, en que fue conquistado por los persas, catorce años atrás.

[6]​ Siempre según Heródoto, Artaíctes fue pillado desprevenido cuando llegaron los griegos, y no había tomado las precauciones necesarias para soportar un asedio.

[7]​ Y cuando ese recurso se agotó, una noche los jefes persas huyeron, descolgándose por la muralla en el lado de la ciudad menos vigilada por los asediantes.

Los griegos persiguieron a Artaíctes y lo capturaron, junto con su hijo,[8]​ antes de salir del Quersoneso, en Egospótamos.

[10]​ Según Heródoto, Artaíctes fue clavado en una tabla de madera[11]​ y dejado morir allí mientras veía como su hijo era lapidado hasta la muerte ante sus ojos.