Prueba de ello es la antigua leyenda que cuenta que el puente sito en el casco urbano de Losacio que se levanta sobre el arroyo, ha de ser rebosado por las crecidas del agua en siete ocasiones cada año para así tener un buen año de cosechas y bienes.
[3] En los lluviosos inviernos discurre rebosante, pero se muestra seco en el periodo estival.
Hasta finales del siglo XX, mantenía cauce de agua constante durante todo el año sin depender de las lluvias, pero el cambio climático a causa de la actividad humana modificó su caudal.
[4] Hasta el siglo XX el arroyo también era utilizado por las mujeres campesinas de Losacio y Losacino para lavar prendas.
Ubicada en el paraje conocido como "Retaloscantos", aprovechando el estrechamiento del cauce entre dos zonas rocosas.